Galette de melocotón sanguino y grosellas

 

Hemos pasado parte de nuestras vacaciones en Paris, mi idilio con esta ciudad viene de lejos, y volver a disfrutar del verano allí ha sido mágico.

Siempre volvía a visitarla en otoño o en invierno, pero este año decidimos irnos en agosto, aún no siendo mi época preferida para viajar, es cierto que hay  momentos que sólo puedes vivirlos durante los meses estivales.  Los picnics de queso y vino en l’île de la Cité, las puestas de sol en Montmartre, las tardes en el Marais, las noches en el Sena han sido nuestro día a día.  Sin planos y sin planes, nos hemos perdido por sus calles…

Su gastronomía es todo un lujo que hace aún más atractiva si cabe esta ciudad, y cómo no, sus mercados son auténticos tesoros. En mi maleta se vinieron estos melocotones sanguinos, una variedad deliciosa más allá de su enorme atractivo.

 

 

Uno de mis descubrimientos en este viaje, han sido los melocotones sanguinos o de vino, como también son llamados por el color a vino de su piel. Son muy aromáticos, tienen una delicada textura suave, muy jugosos, y poseen unas notas acidas que le proporcionan un sabor único.  En cuanto los vi, tenía claro que prepararía una galette con ellos.

Las galettes son unas tartas rústicas, de origen francés, muy fáciles de preparar y además muy versátiles, ya que puedes hacerlas de casi cualquier fruta en su versión dulce, o de verduras en su versión salada.

Son unas de mis tartas preferidas, especialmente en verano por la gran variedad de frutas que tenemos en estos meses, y porque sin apenas esfuerzo consigues una tarta deliciosa, ideal para servir en cualquier momento.

Además acompañadas de un poco de helado son perfectas para una tarde de verano.

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Receta de GALETTE DE MELOCOTÓN SANGUINO CON GROSELLAS

para 8-10 personas

Para la base

185 g de harina

15 g de harina de almendras

una pizca de sal

30 g de azúcar

90 gr. de mantequilla

1 huevo

20 ml de agua helada

Para el relleno

500 g de melocotón

70 g de grosellas

50 g de azúcar

1 vaina de vainilla (las semillas)

15 g de maicena

20 g de almendra molida fina

Tomillo (opcional)

1 huevo (para pincelar la galette)

un poco de azúcar morena

azúcar glas

Precalentamos el horno a 220 ºC.

Comenzamos preparando la masa, para ello ponemos en un bol pequeño el huevo junto al agua, y mezclamos.

Combinamos en un bol amplio la harina, la harina de almendras, la sal y el azúcar.  Hacemos un hueco en el centro y añadimos la mantequilla cortada en dados.  Con la punta de los dedos, mezclamos y amasamos los ingredientes hasta obtener una masa granulada. A continuación añadimos la mezcla de huevo y agua, y mezclamos hasta que la masa se ligue.

Añadimos un poco de harina a nuestra mesa de trabajo y pasamos la masa a la misma, amasamos un poco más y formamos un disco con ella. 

La envolvemos en film transparente y la introducimos en el frigorífico al menos durante una hora.

Transcurrido el tiempo, disponemos la masa sobre la superficie de trabajo y con ayuda de un rodillo extendemos la masa formando un círculo de unos 2 mm de grosor, y la colocamos sobre una bandeja para hornear forrada con papel de hornear. 

Espolvorear con la harina del almendras en el centro de la masa.

Lavamos y cortamos los melocotones en gajos, y desgranamos las grosellas. 

Colocamos la fruta en un bol amplio junto al azúcar, la maicena y las semillas de vainilla, mezclamos con cuidado y colocamos el relleno encima de la masa dejando   un borde de unos 5 cm.

Doblamos los bordes de la masa sobre el relleno e introducimos en el frigorífico durante unos 20 minutos.

Seguidamente pincelamos nuestra masa con el huevo batido y espolvoreamos con un poco de azúcar morena.

Horneamos durante 15 minutos a 220 ºC, bajamos la temperatura a 200 ºC y seguimos horneando durante 20 minutos más o hasta que nuestra masa esté dorada.

Dejar enfriar sobre una rejilla durante unos 10 minutos y servir espolvoreada con un poco de azúcar glas.